En 2012, Paul Graham escribió sobre personas viviendo en el “infierno del email”.
Trece años después, muchos siguen quejándose de lo mismo.
¿Cómo puede ser?
Esta pregunta me rondaba la cabeza cuando empecé mi nuevo proyecto. Tras dirigir una empresa innovadora de administración de propiedades en Francia durante seis años, vi el problema de cerca. Los administradores recibían más de 50 correos al día—documentos legales, quejas de inquilinos, coordinación con proveedores, emergencias. Todos los días, alguien decía: “Tengo demasiados emails”.
Pero me di cuenta de que el problema del email no podía resolverse hasta ahora. Solo recientemente la tecnología y el mercado han permitido una solución real.
El problema de fondo
Para muchos profesionales, la bandeja de entrada se ha convertido en su lista de tareas—no por elección, sino por necesidad. Administradores, abogados, aseguradoras reciben tareas del exterior: inquilinos, clientes, proveedores que solo se comunican por email. Tu bandeja se convierte en tu gestor de tareas porque es el único canal accesible para tus “generadores de tareas”.
El verdadero problema es la falta de filtro. Cualquiera puede añadir lo que sea a tu lista sin priorización, sin contexto de urgencia o importancia. Un abogado de un gran despacho en París me contó que pasó tres horas solo clasificando nuevos emails tras un día fuera. Tres horas solo para saber qué requería su atención, no para avanzar en el trabajo real.
Herramientas como Front han añadido funciones para mejorar la gestión—etiquetas, asignaciones, flujos de trabajo. Pero el problema de fondo sigue: en vez de hacer tu trabajo, pasas el tiempo organizando tu sistema de tareas. Tienes la interfaz, pero sigues clasificando manualmente un flujo sin filtrar de solicitudes, quejas, documentos y ruido.
La solución perfecta ya existe
La solución ideal ya existe: se llama asistente ejecutivo. Filtra, prioriza, gestiona tareas simples, archiva documentos importantes, redacta respuestas. Entiende la urgencia y gestiona la lista de tareas por ti. Pero no todos pueden permitirse un asistente.
La verdadera pregunta: ¿puede la tecnología crear buenos asistentes para la bandeja de entrada?
Imposible de construir hasta ahora
Hasta hace poco, dos barreras técnicas lo impedían.
Primero, los emails son datos no estructurados. Hace falta una capa que los organice entendiendo el lenguaje—extraer prioridad, intención, urgencia. Esto solo es posible con los LLM modernos.
Segundo, el filtrado eficaz a veces requiere contexto externo. Por ejemplo, un inversor consulta su CRM para decidir si un pitch merece una reunión. Hasta hace poco, la mayoría del software empresarial era cerrado. Ahora los sistemas se abren vía APIs, y la IA puede identificar dónde buscar el contexto relevante—dos avances recientes.
Estas barreras han caído. Ahora podemos construir un cliente de correo que actúe como un asistente ejecutivo—triado automático, extracción de tareas, redacción de respuestas, gestión de agenda según el contenido y el contexto.
Comienza la aventura Onbox
Construir un asistente IA de confianza es difícil. Las demos hacen que parezca magia, pero tras 3 años con LLMs, sé que no es tan simple. Cursor no sería Cursor sin un gran trabajo en modelos y en ingeniería.
¿Pero transformar cómo millones trabajan con el email?
Eso sí vale el reto.
No creemos que los grandes del sector mejoren realmente el email.
Así que decidimos hacerlo nosotros 💪